El atesoramiento consiste, por tanto, en acumular y conservar la riqueza en casa, sin ganas de gastarla. Pueden ser billetes escondidos debajo del colchón, o cualquier otro bien de valor: joyas, monedas o lingotes de oro o plata, obras de arte, etc.
Los acumuladores saben que pueden usarlos cuando sea necesario para su flujo de efectivo personal. Pero entonces, ¿por qué no utilizar los medios tradicionales de pago, cheque o tarjeta de crédito? La respuesta está en la desconfianza de algunas personas hacia las instituciones financieras y medios de pago sin efectivo.
Desconfianza en el sistema financiero
El riesgo de una crisis que lleve a la quiebra de los bancos o el miedo al «bail-in» son los principales argumentos para el acaparamiento. Este fue exactamente el caso durante la crisis Subprime de 2008, después de la cual el famoso banco Lehman Brothers colapsó, precipitando la crisis económica mundial de 2008.
En Europa recordamos la crisis financiera que sacudió a Chipre en 2013. En un movimiento de pánico bancario, chipriotas, particulares y empresas retiraron varios miles de millones de euros de sus cuentas en pocos días, creando interminables colas frente a los cajeros automáticos y amenazando con el colapso de los bancos del país (riesgo de depresión económica). Este fenómeno se llama «Corrida Bancaria».
Desconfianza del dinero
Varias crisis nacionales o globales pueden causar inflación lo que pesa sobre el poder adquisitivo de los franceses y sacude su confianza en la moneda nacional. Algunos de ellos prefieren protegerse contra estos períodos inestables hasta que juntando algunos de sus ahorros.
Esta desconfianza también tiene su origen en la paulatina promoción del «cero efectivo» que, naturalmente, tiende a obligar a que todos los pagos se realicen a través de entidades financieras (con tarjeta de crédito, por ejemplo, en lugar de efectivo).
Aplicación de tasas de depósito negativas afecta los costos de administrar las cuentas de las personas y las desalienta a usar los servicios de un banco. Por ello, algunas personas pierden poco a poco la confianza en su moneda y deciden mantener parte de su dinero fuera del circuito convencional.
Las motivaciones que conducen al acaparamiento
El acaparamiento de oro es una conducta en la que una persona o grupo de personas adquiere una cantidad excesiva de oro con el fin de poseerlo y retenerlo para sí. El propósito principal del acaparamiento de oro es ganar dinero a largo plazo a través de la subida de precio del oro en el futuro.
Esta práctica no es inconstitucional, sin embargo, puede tener efectos negativos en el mercado de metales preciosos y en la economía en general. Cuando un conjunto de inversionistas o entidades comienzan a poseer grandes cantidades de oro, esto podría ocasionar una escasez de suministro y un aumento en los precios, lo que a su vez perjudicaría el valor de la moneda y la capacidad adquisitiva de los consumidores.
Asimismo, la acumulación de oro puede desencadenar especulación y fluctuaciones en los precios, lo que a su vez afecta negativamente a los inversionistas y al mercado financiero en general.
Es importante destacar que no todos los inversionistas que compran grandes cantidades de oro son especuladores. La compra de oro por parte de inversionistas legítimos se utiliza como una forma de diversificar sus inversiones o como una forma de protegerse de la inflación y la incertidumbre económica.
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